Formación en Arteterapia: cursos y salidas laborales
¿Quién dijo que los principios fueran fáciles? Si acabas de terminar una formación en psicología o coaching, el momento de dar el salto y empezar a ejercer como especialista no suele ser un camino de rosas.
Nos asaltan inseguridades y esa sensación de no contar con la suficiente preparación a la hora de empezar a tratar con personas que se ponen en tus manos para mejorar su salud y bienestar.
¿Te ocurre a ti?
¿Por dónde empezar la terapia? ¿Cómo superar posibles situaciones difíciles en la consulta? ¿Cómo gestionar tus propias inquietudes como psicólogo o coach y transmitir calma?
Tener estas sensaciones durante las primeras sesiones es habitual. En Inphar lo sabemos bien, tras 20 años viendo a alumnos y alumnas de nuestras formaciones dar el salto al ámbito profesional.
Por eso hemos reunido en este post las 5 mejores herramientas que te ayudarán a gestionar bien la clásica inseguridad inicial, especialmente si estás dando los primeros pasos en tu consulta o has experimentado angustia y presión al ejercer tu profesión.
¿Empezamos?
Descarga nuestro video explicativo + manual paso a paso para empezar a gestionar tu inseguridad como terapeuta o psicólogo.
Superar los miedos iniciales como terapeuta o psicólogo
El miedo y la inseguridad aparecen con frecuencia cuando nos incorporamos a cualquier nuevo trabajo. Es normal, nos inquieta no tener todas las habilidades y competencias que necesitamos para hacerlo lo mejor posible.
Cuando eso les ocurre a profesionales que ejercen como psicólogos, terapeutas o coaches, esos miedos pueden convertirse en un factor altamente limitante que puede dificultar la buena evolución de la terapia.
¿Reconoces alguno de ellos?
- Miedo a quedarte en blanco y no saber qué decir en una sesión.
- Miedo a no saber cómo manejar situaciones complejas.
- Miedo a que la terapia no progrese adecuadamente.
- Miedo a sentir que no logras sostener tu energía.
- Miedo a no lograr vivir de tu trabajo.
Son miedos clásicos que pueden reflejarse físicamente en bloqueos, nervios, dolor de estómago, sudor frío. Te suena ¿verdad?
Si estás en ese punto en tu carrera como profesional de la ayuda es imprescindible que, para empezar, te recuerdes esto:
- Sentir miedo e inseguridad al inicio de tu carrera o ante determinadas personas que acuden a tu consulta es perfectamente normal.
- Tienes capacidad suficiente para hacer frente a las dificultades.
- Eres consciente de tus inquietudes y por eso te haces responsable de ellas. Con eso ya tienes el 50% del camino andado. ¡Enhorabuena!
Si recordarte estas tres premisas no te da la calma que necesitas, en Inphar hemos preparado esta “Caja de herramientas” indispensable para detener tur creencias limitantes y centrarte en lo verdaderamente importante de tus sesiones: acompañar y orientar a la persona que tienes delante.
¿Vamos a ello?
Herramienta 1: De creencias limitantes a creencias potenciadoras
A veces nos empeñamos en destruir y apartar los miedos sin más. Pero no funciona así.
Un miedo o una creencia limitante no se elimina fácilmente porque suele estar profundamente arraigado.
Por eso, el primer paso es identificarlo para, después, buscar el modo de convertirlo en un miedo que no te limite sino que, al contrario, te ayude a superar la situación adversa. Es decir, si aprendes a gestionar ese miedo, puede convertirse en tu motor de cambio y, con el tiempo, desaparecer.
¿Cómo conseguirlo? Siguiendo estos pasos:
- Identifica y enumera aquellas ideas que te limitan y te hacen sentir inseguridad. ¡Anótalas! Escribirlas te dará más claridad.
- Investiga si esas ideas son refutables, es decir, si puedes encontrar argumentos en contra para rebatirte. Dicho de otro modo, prueba a llevarte la contraria.
- Con esos argumentos en contra, reformula tu idea limitante para buscar soluciones.
Vamos a verlo más claro con un ejemplo. Pongamos que te encuentras en esta situación y tu mente te está diciendo:
❌ IDEA LIMITANTE: No tengo suficiente formación para empezar a ejercer, a pesar de que me he formado para ello.
✅ REFORMULACIÓN: Si en algún momento siento inseguridad con algún paciente y no sé cómo continuar, siempre puedo seguir formándome sobre algún tema concreto o consultar a profesionales más experimentados.
¿Lo tienes? quizás lo veas más claro con este otro ejemplo:
❌ IDEA LIMITANTE: Mi paciente no está mejorando, no lo estoy haciendo bien
✅ REFORMULACIÓN: Confío en el proceso y en su capacidad de mejora porque ya ha experimentado pequeños cambios importantes para él. Si no acaba de funcionar, siempre puedo derivarle a otro profesional o pedir una supervisión.
Herramienta 2: Aceptar la incertidumbre, no todo está bajo control
Cuando empezamos a trabajar en consulta solemos tener expectativas erróneas sobre cómo queremos que funcionen las sesiones: normalmente, queremos llevarlas bien estructuradas, repasar antes todos los conceptos aprendidos en las formaciones y conseguir que el paciente avance desde el primer momento.
Pero conseguir que todas estas premisas se alineen es complicado. Por la sencilla razón de que no puedes controlarlo todo.
Siempre debes contar con los imprevistos habituales que dificultan las sesiones: abandonos y cancelaciones de citas; diferentes ritmos de evolución de cada paciente o usuario; el tema concreto que una persona decide traer ese día a consulta; o no tener la respuesta adecuada a una pregunta determinada.
Estos son factores imprevisibles que escapan a tu control.
Por eso, la segunda herramienta que te proponemos es precisamente la contraria: céntrate en lo que SÍ depende de ti. Es decir, céntrate en:
- Tus aptitudes:
Tienes suficientes aptitudes y recursos profesionales para superar dificultades.
- Tu preparación previa: Prepararte antes de tus sesiones reforzará tu seguridad. Ayúdate con un guión que te sirva de referencia, pero no lo estructures demasiado, intenta marcar solo las grandes líneas temáticas o conceptuales de la sesión.
- Tu confianza:
Debes confiar en los beneficios del proceso terapéutico y la capacidad de mejora de tu paciente o usuario.
- La revisión de conceptos:
Repasa aquellos conceptos que te hayan sido útiles en casos anteriores. Pero procura no repasar todas las materias aprendidas porque corres el riesgo de saturarte antes de la sesión. Prioriza solo los conceptos importantes para ese caso concreto.
SÍ DEPENDE DE MÍ
Confianza en mis aptitudes y recursos profesionales para resolver las dificultades.
Confianza en el proceso terapéutico del paciente y capacidad de cambio.
Preparar las sesiones, teniendo un guión como referencia.
Revisar conceptos que resulten importantes para los casos.
1
NO DEPENDE DE MÍ
Contratiempos que dificulten el caso en terapia.
El ritmo de cambio del paciente.
Tema que traiga el paciente a sesión.
Preguntas que no sepa responder.
2
Herramienta 3: Aprender de los errores como psicólogo o terapeuta
Cometer errores no solo es cosa de principiantes. Cuando ejerzas tu profesión te encontrarás en muchas situaciones que te harán dudar y que te pueden llevar a error.
Ese es un riesgo que siempre debemos afrontar con naturalidad.
Si eso ocurre, lo primero que hay que hacer es recordar que errar es humano. Nos pasa a todos en incontables ocasiones.
A partir de ahí ¿cómo aprender a gestionar el error y sacar el mejor aprendizaje de él? Siguiendo estas tres sencilla pautas:
- Acepta el error: Asumir la posibilidad de error es el primer paso para desbloquearte y soltar la sensación de culpa.
- No te culpes: Saber perdonarte y ser compasivo contigo es clave en el proceso de aprendizaje. Recuerda que probablemente cometerás más errores a lo largo de tu carrera y cuanto antes aprendas a no culparte más crecerás como terapeuta.
- Responsabilízate: Puedes empezar por disculparte con el paciente y usuario y, después, buscar soluciones para revertir la situación. Recuerda que lo importante no es equivocarte sino qué haces después de cometer el error.
Y recuerda que contamos con una ventaja más: nuestra creatividad nos permite probar varias fórmulas antes de conseguir el resultado que queremos para la persona que acude a consulta.
ACEPTA el error. Asume su valor y las consecuencias.
1
NO te CULPABILICES. Sé compasivo contigo y perdónate.
2
RESPONSABILÍZATE. Busca alternativas para solventarlo.
3
Descarga nuestro video explicativo + manual paso a paso para empezar a gestionar tu inseguridad como terapeuta o psicólogo.
Herramienta 4: El autocuidado del terapeuta
Como terapeutas solemos caer en el clásico error de olvidamos de nosotros por centrarnos 100% en nuestros pacientes y usuarios, sobre todo al inicio de nuestra carrera.
Para evitarlo, hay una técnica muy sencilla que puedes adaptar según tus gustos: crear tu propio ritual antes y después de la sesión.
Las fórmulas pueden ser de lo más variadas, desde adecuar el espacio terapéutico (luz, mobiliario, etc), a meditar para ganar calma y seguridad, escuchar una canción que aporte buena energía o repetir un mantra.
La clave está en aprovechar ese ritual para centrarte más en lo que vas a aportar al paciente que en tus propias inseguridades.
Hay ciertas ideas que puedes seguir para que configures ese espacio para ti:
- Objetos personales o significativos: Los objetos como inciensos, imágenes o ilustraciones con un significado especial contribuyen a darnos calma y crear un ambiente más familiar.
- Diferencia tu propio miedo del miedo del paciente: Las personas que acuden a consulta pueden estar angustiadas por el momento que atraviesan y a veces es habitual que sus emociones nos inunden como terapeutas. Por eso es importante que diferenciemos si esas emociones son nuestras o son transmisión del propio paciente.
- Diferencia entre el tiempo para el paciente y el tiempo para ti: Procura diferenciar el tiempo que vas a dedicar a los pacientes o usuarios (revisar casos, comentar con supervisores etc) y al tuyo propio (hobbies, familia, amigos etc).
- Cuenta con un grupo de apoyo: Cuando se empieza a trabajar con personas es importante que puedas apoyarte en la figura del “supervisor”, que puedes encontrar en un grupo de profesionales de confianza o en colegas de universidad con quienes puedas comentar los casos de forma anónima y encontrar otros enfoques.
Herramienta 5: Aplicar la escucha activa
Al empezar desde cero con una persona que acude a nuestra consulta, nos empeñamos con frecuencia en mostrarle que dominamos una técnica o en darle mucha información y nos olvidamos de la importancia de generar un vínculo terapéutico con ella.
Es decir, en generar un entorno de calma y seguridad para ella.
Por eso, nuestra última herramienta se basa en el amor incondicional y en la escucha activa como la mejor forma de relacionarte con tu paciente o usuario.
¿Cómo puedes conseguirlo? Recordando 3 pasos sencillos:
- Escucha de forma activa:
La persona que tratas necesita que la comprendas desde su experiencia y que le ofrezcas una solución rápida. Focalízate en su emoción y discurso, cómo es su expresión corporal, facial, etc, para comprender mejor por lo que está pasando.
- Dale apoyo emocional desde el amor:
Hazle ver que puede confiar en ti y viceversa. Generarás un vínculo fuerte en la relación.
- Sé auténtico y natural: Evita la excesiva formalidad, pero tampoco caigas en el exceso de amistad. Simplemente intenta adecuar la distancia emocional y afectiva con tu paciente o usuario.
Estos tips son un claro ejemplo de que hay aspectos esenciales que no se enseñan en la carrera ni en formaciones específicas y que son determinantes especialmente en los inicios.
Por eso, desde Inphar, hemos preparado esta “caja de herramientas” a partir de todo lo que hemos vivido durante más de dos décadas acompañando a profesionales de la ayuda.
Ahora te toca a ti confiar en tus recursos y empezar a equipar tu propia “toolbox” para elevar tu potencial como profesional.
Y, si te animas, puedes compartir con nosotros (en comentarios) tus propias herramientas o consultarnos cualquier duda. Estaremos encantadas de atenderte.
Interesting.